¿Hasta dónde puedes transformarte? Estas dos mujeres te lo pueden contestar

En mis redes sociales me siento como pez en el agua.

Allí soy feliz compartiendo rutinas de ejercicios, recetas e información relacionada al fitness para ayudar a millones de seguidoras. 

¿Qué tienen la mayoría de ellas en común?

Son mujeres ocupadas que se frustran porque su ritmo de vida no les permite mejorar su estado físico.

Sus quejas más repetidas suelen comenzar con un NO: 

  • No tengo tiempo para hacer ejercicios.
  • No sé elegir los alimentos ni organizar mis comidas.
  • No tengo energía ni motivación.
  • No tengo con quien dejar a los niños. 
  • Entre muchas otras.

Pero a pesar de eso, muchas han enfrentado los obstáculos y tomaron acción.

Algunas adaptaron los entrenamientos y recetas que publico en @cusifit a su criterio y agenda.

Otras se anotaron en mi programa CusiFit Lab.

Por eso, quiero contarte el caso de dos de ellas. Cada una tomó un camino distinto, pero ambas obtuvieron resultados:  

La primera es Rebeca, una venezolana que hacía ejercicios e intentaba comer sano. 

Tenía grasa localizada en el abdomen, flacidez en la cadera y celulitis en piernas y glúteos.

Por más que intentaba ser disciplinada, se saboteaba. Seguía intentando, pero volvía a fallar.

Pasó que mientras amamantaba a su segundo hijo, tuvo que dejar algunos alimentos porque el bebé era alérgico a ellos.  Fue un gran reto, pero lo hacía por su pequeñín.

Bajó mucho de peso, perdió energía y masa muscular; además, aumentó su flacidez. 

¿Ir al gym? Con dos hijos era misión imposible. 

Optó por hacer algunas rutinas en casa que le indicó una hermana amante del fitness, hasta que encontró el gimnasio virtual que necesitaba en mis redes sociales.

También mejoró su alimentación.

Pasaron 6 meses y el cuerpo de Rebeca dio un vuelco, así como su estado de ánimo, niveles de energía y seguridad.

Todo, por ser una chica disciplinada.

La segunda es Katherine, una dominicana a quien no le gustaba su físico.

Un día le pidió a alguien que le tomara unas fotos en ropa de ejercicios. Se sintió mal por lo que vio ¡estaba peor de lo que pensaba!

En ese instante decidió cambiar y se anotó en CusiFit Lab.

Tenía años sin “mover un dedo” y, aunque sentía vergüenza, compartió por redes su proceso de trasformación.

A veces fallaba, pero inmediatamente volvía a su plan.

Solo necesitó 21 días para ver cambios drásticos. Perdió grasa corporal, organizó sus comidas y entrenó 3 veces por semana para empezar a moldear un cuerpo fit.

También entendió que con cambios pequeños pero progresivos se disfruta más el camino.

Y hoy en día se sigue viendo fabulosa.

¿Qué puedes aprender de Rebeca y Katerine?

Que cualquiera puede transformarse si toma la decisión y aplica la disciplina.

Pero también que, si se hace con un plan organizado, los resultados llegan mucho antes y el proceso se disfruta al máximo.

 Así que tú decides. 

¿Lo haces por tu cuenta lentamente o te conviertes en la persona que quieres más rápido, sin estrés y con resultados de por vida? 

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